01 octubre 2009

Capitulo 5

Ella me miraba.
Podía sentir como sus latidos se hacían cada vez más fuertes.

Más sonoros.


(pum pum, pum pum)


La sangre se acomodaba en sus mejillas haciéndola sonrojar.
Y me estaba ahogando, su esencia golpeaba cada parte de mi débil cuerpo.
Tenia que parar, tenían que parar ¡o me volvería loco!
Fui creado para robar corazones, y ella me lo estaba poniendo muy difícil.
¡Pero amaba cada latido de su corazón!
¡Los amaba y estaba dando la vida por ellos!



La desconfianza cruzo en su rostro apenas unos segundos, y lo vi.
Vi su interior como si de agua cristalina se trataste.
Ella era especial. Y sin su corazón no seria nada. Otra persona más. Sin amar
sin sentir, sin cantar.
Cantar era su vida, así era como se expresaba su alma, perdón, la belleza de su alma
reflejada en letras de canciones.


¿Como podía ayudara? ¿Como DEBÍA ayudarla? Era el culpable de que estuviese en
esa situación, si no me hubiera fijado en ella, si los latidos de su corazón no me hubieran
atraído...pero las cosas son así, no me dieron corazón, pero si la vista.
La belleza no estaba en mi mirada, la belleza estaba en aquel ser que temblaba cuando me
descubrió mirando en su interior,



Zeta





¿Qué importaba lo que sientese o pensase?

Sabia que iba a morir.

Y todo por tener un corazón estúpido que no sabe callarse cuando es debido.

Tenia que preparame para la lucha, si lo querían no iba a salirse con la suya tan facilmente.

Luzía.